1 de septiembre de 2013

Bienvenidos todos, otra vez. 
Espero que hayáis pasado un feliz verano con esa felicidad tan cristiana, que a veces el mundo desconoce. Compartiendo y dando lo mejor de vosotros mismos, allá donde las circunstancias y la voluntad divina os hayan situado. 
Deseo que tengáis cargadas las pilas necesarias para recomenzar esa tarea apostólica que sólo terminará cuando Dios decida llevarnos con Él. Me alegra pensar que, tal vez, mis humildes comentarios os ayuden  y faciliten vuestra oración; animándoos a que, si es así, transmitáis el mensaje cristiano a todos los lugares y hermanos que, en vuestra vida cotidiana, el Señor ponga a vuestro lado. 
Como siempre, os recuerdo que estoy aquí para cualquier consulta que tengáis o cualquier problema que os acongoje. Un saludo a todos y mucho ánimo para seguir siendo fieles seguidores de Cristo, Nuestro Señor.